Sea ya como estrategia para generar más ruido mediático por parte del programa o por divismo de sus protagonistas, Baila Conmigo Paraguay se destaca este año más por la polémica entre sus figuras y la producción que por el propio baile. Es más, ya hemos visto el musical cantado de Egni o a Coco y la Kchorra, también interpretando un especial de canto y cada vez menos coreografías son parte del show.
Pero en cuanto a la polémica, los televidentes se empiezan a acostumbrar a las constantes renuncias de El Príncipe Emmanuel, Mili Brítez y Milva Gauto, y la aparición del director del programa Stoessel, a veces hasta en cámara convenciéndolos para que no se vayan.
El Príncipe ahora dice haber renunciado definitivamente porque según lo último que se supo dice tener cáncer nuevamente y no poder continuar en la competencia. Milva amenazó con dicha decisión en la primera semana y es sabido que la producción debió contenerla luego de la pelea con Emmanuel y el caso de discriminación que hasta debió ser internada por estrés. Y luego Mili, que fue el primero en renunciar y que ahora dice su decisión es definitiva y al igual que el Príncipe argumenta motivos de salud y un posible viaje.
¿Por qué renuncian? ¿Es parte de la estrategia del programa para que todos hablen de ellos? ¿Hasta cuando va a seguir el culebrón de quién se queda y quién se va?
Las constantes renuncias es un arma de doble filo para la producción, ya que si siguen así la gente puede llegar a cansarse de este mecanismo en el que predomina la competencia por quién protagoniza más el show, y no el show en sí.
